ACTIVIDAD POSPUESTA A PETICIÓN DE LA COMPAÑÍA

Mascarade, inspirada en los rituales que se encuentran en las interacciones ancestrales pero también en la vida cotidiana de quienes practican. Siempre están sujetas a cambios y son únicas porque están vinculadas a contextos sociales concretos y se identifican colectivamente con símbolos particulares.

Las fotos de Charles Fréger en su libro Wilder Mann me emocionaron por su extrema belleza pero sobre todo por lo que nos cuentan de nuestra vida actual. Otras obras sobre máscaras y carnavales, en particular la Maske de Phyllis Galembo, me hicieron preguntarme lo que significan estos rituales antiguos y contemporáneos. ¿Todavía hace falta celebrar el cambio de estación, los ritos de paso e iniciaciones y otros? Con la estandarización inevitable del mundo,
¿simplemente se transformarán en folclore para los turistas, o encontraremos los medios para resistirlos y reinventarlos?

En Europa, las celebraciones de carnaval suelen tener lugar en invierno y son un marcador natural entre invierno y primavera, el retorno de la luz después de la oscuridad y el despertar de la naturaleza. Si los fallecidos fomentan la fertilidad de los campos, los vivos muestran respeto, llevando máscaras que representan los poderes del submundo que protegen a las personas de las criaturas de mal augurio.

En las culturas africanas, las máscaras son fenómenos complejos, secretos y esenciales. La conexión entre enmascaramiento, religión y procesos sociopolíticos en las sociedades africanas incluye ritos de fertilidad e iniciación, bodas y funerales y armonía social y de género. Las máscaras encarnan espíritus ancestrales que vuelven al mundo de los vivos, una cosmología compleja en la que la vida existe como un ciclo continuo, mediado perpetuamente por la acción de las divinidades, antepasados y seres humanos.

En América, las poblaciones de esclavos utilizaban la mascarada para celebrar rituales africanos ancestrales prohibidos y al mismo tiempo para confundir a sus dueños. La máscara y el carnaval integraban lo auténtico y lo falso como una forma de subversión cultural y los rituales saboteaban y socavaban el dominio de sus opresores.
Intérpretes: Zurine Benavente, Rafa Jagat, Mark Tompkins
Concepto y dirección: Mark Tompkins
Coreografía: Mark Tompkins, Rafa Jagat, Zurine Benavente
Escenografía, Costumas, Dramaturgy: Jean-Louis Badet
Iluminación: Pauline Vauchez